Una carta para papá // Lo que no tuve el valor para decir.

Tu y yo, cuando la vida era mas facil para ambos.

Desde que te fuiste, todo es más silencioso. Me extraña no escuchar tu risa desde el cuarto cuando ves esas películas que tanto te gustan, me extrañame levantarme temprano y no encontrar el café recién hecho que siempre dejabas antes de irte a trabajar o verte llegar siempre a la misma hora de tu trabajo. La vida, los problemas y el orgullo nos ha separado ya ahora todo es un poco amargo.

Es un tanto irónico que ambos estemos esperando lo mismo del otro cuando sabemos que ninguno de los dos dar su brazo a torcer, desde pequeña siempre supe que era una versión de ti pequeña en cuanto a carácter se produjo. Pero también aprendí con el pasar de los años a reconocer errores, y yo se que cometí muchos y te pido perdón aquí. Puede que te preguntes el por qué no te busco si sé que me equivoqué.

Bien, aquí va la confesión. Toda mi vida me sentí que era siempre la que buscaba resolver problemas con todas las personas a mi alrededor, es muy frustrante saber que nadie realmente me quería en su vida porque al mínimo error se marchaban y me daba mucho miedo quedar sola. Pero ya no comparto esa ideología, crecí, ya soy más adulta y me doy cuenta que a muchos les cuesta reconocer sus errores porque su ego no se lo permite. Pero también aprendí que debo ser paciente y esperar que las personas se sientan cómodas para expresarse.

Así que, aquí estoy.

En el mismo lugar que cuando te fuiste, esperando a que abras tu corazón y tu ego te permita ver que te sigo amando, con la diferencia que me permita que me amen también y espero por un rayo de luz entre tanta oscuridad.

- Clau.