diplomacia
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El arte de la diplomacia, como todo arte está acompañado de la sube pericia y la perfecta conjunción de espacios que nutren a quienes la practican, no es precisamente un aditivo químico a un buen café, o un suave cigarrillo al caer la tarde, o un poema romantico por las noches...
Es evidentemente la sutileza encarnecida, la inteligencia en su máxima expresión, es lenguaje corporal, es lo más racional luego de comer y beber para sobrevivir, por qué sin diplomacia no habría sociedad, cultura, ni educación...