El encantador de Serpientes

«El encantador de serpientes»

 Emilio se arreglaba para salir, una cuidadosa afeitada dejaba su barba perfecta, un poco de la colonia que le gustaba a su padre y coronaba con un buen traje, con 28 años era un hombre triunfador, de carrera con un buen empleo, sus pocos amigos le preguntaban ¿porque no sentaba cabeza y buscaba una buena mujer?, el se reía y les contestaba para salir del paso, que siempre había preferido a la malas!!!, eran mas divertidas.

 Esa noche iría al casino, siempre habían mujeres malas allí, cazadoras buscando una fortuna , malcriadas niñas de sociedad que podían apostar una pequeña a un numero en la ruleta, o esposas aburridas buscando en las mesas de juego las emociones perdidas en sus dormitorios. Emilio era un hombre atractivo, se mantenía en buena forma física, pero sin duda su gancho eran sus hermosos ojos azules que las derretía, se podría decir que las hipnotizaba.

 Sentado en la mesa de black jack perdiendo algo de su sueldo, hizo contacto visual con una hermosa mujer, su frondosa melena pelirroja era tan espectacular como el escotado vestido de noche que llevaba para embobar al viejo banquero del que iba prendada del brazo, Emilio se hizo el desentendido, le encantaba esa parte, dejar el anzuelo con la carnada, que ellas solas mordían, para luego recoger el sedal.

 Se fue a la barra, pidió un whisky doble y una copa de champan, no tuvo que voltear sabía que la pelirroja soltó al banquero apenas el se levanto de la mesa de juego, cuando la pelirroja le toco el hombro pidiéndole fuego, el se volteo y la recibió ofreciéndole la espumosa copa, se deleito con su bello y esbelto cuerpo, la mujer estaba embobada, había quedado prendada de sus fascinantes ojos azules, unas bromas, unos toqueteos y la pelirroja acepto irse con el, atrás quedaba el viejo banquero indignado viendo salir a su moza con Emilio.

 Un par de horas después la pelirroja dormía placida y desnuda envuelta en las sabanas de seda del hotel, mientras Emilio se terminaba de arreglar la corbata para marcharse, se llevaba su dinero, un anillo y el collar de diamantes, eran falsos, pero el metal era oro sin duda, un pequeño botín, mañana pasaría por el empeño, le darían un buen dinero por las joyas, el lunes a primera hora antes de ir a su trabajo, pasaría dejándo el dinero a Sor María en el orfanato donde se crío.

 Quedo huérfano a los 7, cuando su padre murió alcoholizado, roto, quebrado, sin alma, porque una mala mujer lo hizo añicos, su madre, Emilio solo recuerda que era muy bella, los abandono cuando a su pobre padre se le acabo el dinero, e tenía solo 3 años, una mala mujer, una arpía sin duda, despiadada y pesetera, 20 años después Emilio le devolvía el golpe a cuanta mujer con el mismo perfil que su madre se encontraba en su camino, así sanaba su dolor por la dura vida que llevo y la muerte de su padre, en el circo del amor, el era un encantador serpientes.

Fin.

la imagen de acá: https://www.colordeojos.com/wp-content/uploads/2018/08/ojos-azules.jpg

Contenido PROPIO @BigBDP 19.08.22