La importancia de cuidar, escuchar, creer y confiar en nuestros hijos.
¿Cómo se curan las almas inocentes?
#LosNiñosNoTocan.
Decir que no sé de dónde vienen mis daños psicológicos, mis traumas, mis miedos y mis inseguridades sería una gran mentira en este momento, aunque nunca antes lo analicé realmente, ahora sí puedo.
Claramente antes era demasiado joven para darme cuenta o para aceptar y entender lo que me había pasado, incluso en mi adolescencia nunca había pensado en eso, de hecho eran recuerdos completamente bloqueados, mientras pensaba, que llevaba una vida ordinaria. como cualquier otro. niña de mi edad, ya medida que crecía, esos daños colaterales también crecían.
Desarrollándose de diferentes maneras, con características que pensé que eran normales hasta que llegamos a este punto.
Hace tres años acepto lo que me habían hecho, esa fatídica situación del pasado, entendí lo que me habían hecho.
Hace 10 años supe que no era normal como las demás personas, sea lo que sea "ser una persona normal".
Sabía que mi mente y mi espíritu no estaban bien, sabía que estaba jugando terriblemente, pero seguí fingiendo que todo estaba bien. Aunque a veces esa sensación de querer desmayarme me atrapaba haciéndome llorar por horas pensando que podía morir porque no podía respirar bien, mientras sentía que mi corazón iba a mil por hora saliendo de mi pecho, a veces yo Sentí que realmente me iba a morir, mis manos temblaban, mi frente sudaba y escalofríos me recorrían la espalda, no podía hacer nada, pero seguir tirado en el suelo abrazándome tratando de protegerme. pero protegerme de que?
Si ya me habían hecho pedazos, si no había vuelta atrás, no se puede volver al pasado para rescatarme de ese terrible depredador que me lastimó, abusó de mí.
Nadie estaba allí para protegerme, nadie me cuidó, tenía 5 años, ¿cómo podría defenderme, cómo podría simplemente patear y gritar para salvarme?
Me invadió la vergüenza y el miedo, las amenazas de que me castigarían, se burlarían de mí, me harían responsable de lo que me pasó… me torturaron todos los días, deja de reír, deja jugar, suelta, Después de comer, dejé de ser alegre y ruidoso, pero nadie se interesó en preguntar por qué, nadie notó los cambios.
Nunca nadie imagino que me pasara algo malo, cuando lloraba por horas solo escuchaba regaños y veía gestos de desaprobación hacia mi, así que también tuve que dejar de ser niña y empezar a crecer a toda prisa, empecé a tratar de borrar todo ese mal episodio en mi historia, volví a fingir reír y poco a poco se fue convirtiendo en una verdad... así, tapando la verdad hasta que me convertí en una mujer y nuevamente reapareció la desesperación, desbloqueando todo el dolor del pasaje.
El dolor de saber que nunca podría contar mi historia, el terrible monstruo que nos destruyó, estaba justo frente a sus ojos, viviendo en nuestra propia casa.
"Mamá nunca nos creería, nadie nos creería" fue todo lo que pude decirme.
