Las Maravillosas Desventuras del Amor a Distancia

Encontré un cabello tuyo en mi ropa y recuerdos comenzaron a llegar a mí mente, con tus memorias en mi corazón dejo mi historia, una historia que no quiero que se repita; que no se la deseo a nadie más en lo malo, más deseo que vivan el amor sin miedo.

Una historia que cuenta lo hermoso que puede ser conocer a tu persona ideal y el proceso de desconocerla tiempo después.

Conociéndote sin conocerte

Desde que te vi te reconocí con el corazón, de una u otra manera supe que te amaría, pero ese justamente sería mi error y el punto de partida para estás palabras.

A medida que te conocía me encantaba más, una mujer hecha y derecha, con sus propios traumas, inseguridades y demonios, te mostraste como eras, al menos es lo que pensaba. Pero al fin y al cabo, las cosas no terminaron siendo como pensaba.

Tomé decisiones difíciles en harás de confiar en ti, puede que haya roto un corazón incluso, así que en parte siento que es el destino devolviendo la bofetada, solo que multiplicada varias veces.

Un amor a distancia para mí no era algo nuevo, tantas sensaciones como la inseguridad e incredulidad se atraviesan entre el deseo, atracción y esperanza, al final no sabes cómo sentirte, pero sabes una cosa, eres terco como una mula y vas a terminar confiando.

Poco a poco fui conociendo el como ves la vida, con ciertas ganas de progresar, pero con tristeza porque en dónde estabas no podías ser tu misma, y al fin y al cabo, ser nosotros mismos es lo mejor que puede pasar cuando estés con alguien.

Te ayude en esas noches de angustia, a pesar de que estabas a miles de kilómetros me acostaba a tu lado por las noches con la ayuda de una pantalla, dedos, boca y un corazón. 

-"¡Me haces sentir acompañada!"

Me decías antes de dormir, después de asegurarte de que todo estuviera en orden. No sabes cuánto hubiera dado por ser yo quien complementará esa seguridad en tus noches solitarias. Yo por mi parte sentía una calidez inequívoca en mi corazón: sin conocerte me había enamorado. 

¡Aquí vamos de nuevo! Pensé y supuse que estaba bien, después de todo había encontrado a una mujer maravillosa. Había llegado el momento de mostrar mis sentimientos.

Con seguridad acepte la invitación que no me hiciste a tu casa, sin embargo cuál fue mi sorpresa cuando aceptaste. Querías que te visitara.

Estaba tan feliz como el día en que visite una playa por primera vez, como el día en que descubrí que Dios me amaba y como el día que supe que había superado mi primer desamor, al ver en los brazos de otro a aquella mujer y no sentir más que felicidad por ella y su propia felicidad.

Comencé a planear todo con cierta duda, ya había tenido varios chascos en mi vida con las relaciones a distancia, este quizás podría ser otro, pero no, me convenciste de que eras una mujer madura, responsable sentimentalmente y que se entregaba al amar. Estuve varias horas pensando si podía corresponder eso, ¿De verdad puedo confiar? ¿Puedo amar? ¿Estoy preparado para una relación? Todas esas preguntas las respondí positivamente después de pensarlas.

A veces la cantidad de dolor que se siente tras una desilución no es proporcional al tiempo que se estuvo con esa persona, lo he aprendido a la mala. Es proporcional a la intensidad con la que se desea a esa persona, lo bien que compaginan y que sus modos de pensar sean iguales en varios ámbitos.

No soy una persona débil emocionalmente ni tampoco con inseguridades físicas. Soy alguien alto, de más o menos buena constitución física (ni muy gordo ni muy flaco), buen rostro y facciones. 

Si hablamos de mi personalidad es un área que solo yo y muy pocas personas pueden entender, ya que al principio es reservada, para después convertirse en la más espontánea que puede existir, pero eso está reservado para las personas que me hacen sentir totalmente en confianza tras algunas semanas tratando con ellas.

Lo que quiero en mi vida es simple: ayudar a los demás, ser un buen hijo y proveedor a mi casa, ser una buena pareja y a futuro esposo y padre. 

Por supuesto, estás cosas suenan aburridas al extremo, pero lo cierto es que deseo divertirme, y es en esos deseos del ahora en dónde quiero hacer un énfasis necesario.

La vida es una sola, hay que disfrutarla. Para mí el sinónimo de felicidad son los viajes y visitas turísticas, sin embargo, estás pueden delimitarse a mirar el cielo con ojos atentos, como te lo mostré aquella noche que recuerdo con cierta nostalgia, a salir a lo profundo de la ciudad a pasar una noche bailando, aunque todavía no sé bailar (siempre he tenido parejas que dicen que me van a enseñar, pero esto me deja un a importante lección, ¡Si quieres aprender algo hazlo solo!).

Incluso algo cotidiano como desayunar juntos puede ser algo divertido si se le pone emoción, ¿Cuánto no más las cosas que deberían ser divertidas en solitario?

Siguiendo con esta historia, estuve preparándome psicológicamente para una vida en pareja, no quería ser como otros, quería ser el mejor: comprar los víveres, ayudarte a cocinar, mantener la casa en pulcritud y enseñarte cosas que yo sabía hacer, como por ejemplo planchar y coser, esto hablando de labores del hogar, ya que también quería realizar un fondo mutuo para realizar inversiones y mostrarte como funciona ese mundo.

Si, puedo leerme algo machista con los ejemplos cotidianos del hogar, pero al fin y al cabo hay hombres que no hacen estas cosas básicas por la persona que aman (y no necesito porras por ser hombre y hacerlo, porque es mi deber también).

Me sorprendió la noticia de que un día decidiste volver a donde fuiste feliz, a tu país. En ese momento me invadió una alegría como si fuese yo mismo quien tomase la decisión de volver a ver a mi familia desde hace mucho tiempo, al fin y al cabo, puede que está familia también pasase a ser parte de mi familia pronto, de hecho, me hacías saber que yo era ya tu familia y que mi familia también era tu familia.

Comenzamos a crear una lista de reproducción para los dos, en dónde hubiesen canciones con las que se identificará nuestra relación. Yo escogí canciones que para mí significan todo, total, no había duda de que tú eras la mujer de mi vida, tu dijiste que también seleccionaste aquellas que, si de alguna manera u otra la relación no funcionaba, ibas a lamentarlo por siempre, porque te recordarían a mi.

Esas canciones ya no las puedo escuchar por placer, pero al menos las puedo usar para transmitir un mensaje.

Comencé a planear todo puesto que dijiste que me visitarías a mi primero que a ellos ¡Uno de los honores más grandes que me habían dado!

Comencé a fregar pisos, pintar paredes, comprar víveres, aprender algo de las finas recetas que te gustan y a prepararme mentalmente para verte y no comenzar a llorar de la felicidad en el lugar. 

De hecho, uno de los mayores miedos es que me vean llorar y crean que soy alguien débil mentalmente, pues no, pero si soy muy sentimental; lamentablemente los momentos que no te demostré lo feliz que me hacías con lágrimas me los cobro el destino después gracias a la tristeza.

Conociéndote en persona

Para muchas personas dentro de una relación a distancia causa mucha emoción el hecho de tener la esperanza de conocer a su amado/a, algo que incluso muchos no llegan a hacer después de mucho tiempo dentro de estas relaciones. En mi caso particular pude sentir esa emoción de conocer lo que conocía pero al mismo tiempo era desconocido, a ella.

Llegó ese día tan especial, llevaba ya varios días de no dormir bien de la emoción, le oraba a Dios que tú viaje llegará a su destino con bien, de hecho y gracias a qué compartiste tu ubicación pude estar pendiente de dónde venías.

Estuve esperando 4 horas en aquel lugar parado y viendo todo tipo de personas y encuentros que se llevaban a cabo frente a los autobuses, y te vi.

Mis sospechas fueron confirmadas, eras la mujer más hermosa que había visto. Me emocioné como un niño con su regalo de papá Noel. 

Estabas a 6 metros de mi cuando te vi con tus maletas (sin embargo en el corazón ya estábamos juntos), esa mirada que me enamoró desde la distancia, un corazón que creí enamorado y muchas ganas de progresar.

Te abracé, y fue el único momento de ese año en el que me sentí el hombre más afortunado del mundo. 

Tu piel era más suave que la seda (¿o tu ropa era de terciopelo?) Lo cierto es que estabas ansiosa por llegar a casa y descansar, pero ya yo me sentía descansado al verte llegar sana y salva. Tomé tus pesadas maletas, tan pesadas como este corazón herido, y con mucha felicidad me dispuse a acariciarte el pelo y mirarte a los ojos mientras íbamos en camino.

Me sentía irreal, ¿¡Yo experimentando tal felicidad!? Es imposible, no, no, no, esto debe ser un sueño. Te pedí incluso que me pellizcases y te molestaste, me dijiste que eras real.

Esos dos días que estuviste conmigo fueron de lo más especiales, perdón por no decirlo a la cara, pero es que esperaba que pudiera decírtelo después. ¡Nunca lo hagan!, digan las cosas apenas las sientan cuando estén en pareja, amen, luchen, lloren, discutan y arreglen los problemas en el menor tiempo posible.

Pude ayudarte a cocinar (algo que pude corroborar que te encanta) mientras me reñías por comer de más y comer cualquier cosa prácticamente (me regalaste galletas y chocolates, ¿como no podría?).

Recuerdo que un día me afeite mal la barba y salí asi a la calle, me dijiste que si no me lo decías no me daba cuenta. 

-¡Eres como un niño!

Me dijiste, y si, me he dado cuenta de que es verdad. Soy un niño, me siento como un niño, vulnerable, un niño que no encuentra a su ser querido entre la multitud, un niño que aunque ya aceptó que no podrá salir a jugar sigue triste, pero sobre todo, tengo el corazón de un niño, que ama a las personas que representan una familia para él, un niño que toma de la mano a sus padres sin duda alguna que estos nunca le harán daño.

Sin embargo, el día más especial fue el segundo día de tu estadía, que ahora mismo recuerdo que fueron dos días y medio los que tuviste en este infierno, al menos si de temperatura hablamos (aunque para mí fue el cielo). 

La modelo perfecta

A veces te culpo, me culpo y después culpo al destino por haberte conocido, por haber probado mieles y después vinagre, pero todo pasa exactamente como debía pasar. 

Durante ese segundo día salimos a conocer mi ciudad y a realizar uno que otros trámites, para mí, independientemente de haber pasado por esas calles cientos de veces, el pasarlas contigo era una experiencia totalmente diferente. Era redescubrir esos viejos edificios de cientos de años, de alguna u otra manera el paisaje se veía mejor ahora que salía contigo.

Soy fotógrafo y no podía estar más agradecido a Dios y al destino por tal modelo. Y, entre foto y foto te pedí que te quedarás en un lugar, en ese lugar frente al mar que regresé a fotografiar en soledad.

En ese lugar te pedí que fueses mi novia. Dijiste que sí, cosa que sabía que ibas a hacer.  Nos prometimos que cada 5 años volveríamos a ese lugar a recordar ese momento, tan solo una pequeña porción de las promesas que morirán con el tiempo y el olvido.

En ese momento estaba extasiado, tenía a la mujer más hermosa del mundo a mi lado, la cual ahora era mi novia, mi cómplice en las locuras, viajes, metas, proyectos que íbamos a realizar a lo largo de nuestra vida. Total, habías anulado mi capacidad de pensar que las cosas podían salir mal, era un taboo mencionar tal cosa, yo borré la palabra FIN de mi diccionario, pero fui el único que lo hizo.

Saliendo de aquel lugar prácticamente nos perdimos, bromeamos, caminamos un largo rato y hablamos, vimos una serie de atracciones y hablamos sobre que en caso de una discusión iríamos a una cancha de Paintball, aquel que perdiese tendría que disculparse (¿Cuando jugamos?).

Nos embarcamos en transporte público de regreso, algo que me encantó porque no muchas mujeres son capaces de eso, de estar cuando a su pareja le va mal en lo económico. En esos momentos no podía dejar de mirarte con ojos de amor, ojos con los que usualmente se mira a una persona una vez en la vida. Muchas personas desperdician esa mirada en alguien y no vuelven a repetirla porque no se sienten tan valientes como para renovar su corazón y entregarlo como nuevo a alguien más, dejando el dolor en el pasado, más no la experiencia. Siempre he creído que es de valientes levantarse con un corazón nuevo, capaz de amar y perdonar, para mí no hay mayor acto de valentía, como el acto que realizó Jesús al morir por los pecados de desconocidos, que Él identifica como hijos, con la esperanza de que vuelvan a Él.

Antes de ir a casa nos tomamos un batido, en dónde disfrute del tomarte fotos mientras no te dabas cuenta. Odiaste esa foto, pero para mí era imposible ver lo que estaba mal, incluso siendo fotógrafo.

Llegó el día final de tu estadía en mi Estado, querías conocer a mi familia ese día, algo que no dude en ningún momento aceptar, aunque la casa de mi familia era algo humilde.

Mi familia te recibió y te conoció, aunque tan solo estuvimos una hora o dos te reconocieron como una mujer hermosa, muy inteligente y que eras capaz de hacer cualquier cosa.

¿Por qué no te ves al espejo?

"¿¡Acaso no te has visto al espejo!? ERES ALGUIEN HERMOSO, SIMPLEMENTE BUSCA A OTRA me dicen normalmente. Otras personas al hablarles de ti se enamoran de como puedo llegar a amar yo, incluso tanto para no hablar mal de ti después de una ruptura y saber que son cosas que pasan en la vida. 

Ojalá fuese tan fácil olvidar esos ojos cafés claros diciendo que me amaban. Sabiendo incluso que puede que no merezcas estas letras, las escribo, para mí, es solo una pequeña muestra de lo que soy capaz al momento de querer. Quiero dejarlas por si algún día las llegas a leer me conozcas algo más, esa parte vulnerable a la que heriste en mi, pero sobre todo, para dejar una pequeña guía de como amar correctamente a esa persona que está a tu lado.

No es falta de amor propio

Muchas personas interpretan la insistencia de otro como un desespero debido a baja autoestima o poco valor que se tiene esa persona, no dudo que existan esos casos, pero cuando eres una persona segura de ti, con toneladas de amor propio y te sientes con necesidad de expresar tus sentimientos ¿Eso te hace débil? ¿No sería acaso un signo de mayor debilidad el dejar que se pierda algo por lo que estabas dispuesto a todo? 

En este momento tengo tanto mi mente como mi corazón dividido en dos, quiero creer que son cosas que pasan pero al mismo tiempo me entristece haber podido creerte.

Puedo escribir esto porque todavía siento cosas por ti, muchas, pero principalmente amor, lamentablemente. Mientras sigan vivas podré expresarme así de ti y admitir que eres una persona especial en todas tus cualidades.

No puedo pensar mal sobre ti ya que "una pareja se apoya en las buenas y en las malas" y aunque ya no lo seamos siempre te apoyaré en lo que necesites.

Mi mente quiere hacerme poner los pies sobre la tierra y olvidarte de una buena vez de lo que pasó (ojalá fuese tan fácil como desinstalar una app), hasta que eso ocurra, le dedicaré letras al viento.

Cuando las cosas se ponen serias

Antes de conocer a mi familia decidiste algo insólito, querías que fuese en persona a conocer a tu familia, algo que para mí era un gran honor, pero que levantaba en mi ciertas dudas fuera de mis sentimientos.

Acepté. Ahora los dos conoceríamos a nuestras familias ¡Que emocionante! Esto es alto que hacen incluso los novios antes de casarse (aunque no haya tenido intenciones todavía), ya sería más que oficial nuestra relación. 

Comencé a pensar ¿Que pasará si no les gusto? ¿Tendrán altas expectativas conmigo? ¿Será que?, ¿Y si?, ¿Pero y?... Bah, yo soy yo, me van a amar.

En este punto se me cayeron todas mis defensas contigo: la defensa de creer dudar que me amabas, la defensa de que aceptarías alguna conducta no tóxica que no te gustase, la defensa de que cualquier cosa que no te gustara la ibas a hablar contigo máximo al día siguiente. Estaba completamente vulnerable pero al fin y al cabo, eras tú, una persona en quien confiaba, una de las 3 (¡Y vaya que conozco gente!) Y una de esas personas es Dios).

Me sentía tan emocionado de que mi maleta viajase con las tuyas, era un sueño, nuestro primer viaje juntos. En el viaje hubo ciertos obstáculos menores, pero al día siguiente estábamos en tu ciudad natal, una ciudad que siempre quise visitar por mi cuenta, pero ahora la estaba visitando con quién amaba, ¿Que más podía pedir al destino? Sentía que al fin se me estaban devolviendo las buenas acciones que he tenido con las personas.

Lo que más duele durante ese viaje y uno de mis mejores recuerdos será verte durmiendo tan confiada a mi lado, después de que me hayas dicho que te daba miedo dormir. Trataba de mantenerme despierto para "cuidarte", quien sabe de quién o que, pero a veces me quedaba dormido y me sentía culpable. Incluso babeada me parecías lo más hermoso, alguien a quien tenía que cuidar, que confiaba en mí y me amaba, pero con quién también podía ejercer el rol de amigo.

En la mañana llegamos al destino, preparamos una sorpresa para su madre, ella esperaba conocer solo a su yerno, pero para su sorpresa vio que como regalo de navidad, sí, era 23 de diciembre, le regalase la posibilidad de volver a ver a su hija en persona (aunque la decisión fue de ella en un principio).

Ese día conocí a buena parte de su familia materna. Buenas personas sin duda, pero el día mágico sería el siguiente, cenar en noche buena con mi amor y su familia. ¿Ese sería el sueño de cualquier persona con una relación a distancia no? Incluso de cualquier persona con un romance. Viví mi sueño, lo había hecho al fin, ¡AL FIN! Me gustó tanto incluso que les hayan gustado los panes de jamón que preparé (plato típico) algo rústicos, pero sabían bien, yo en cambio deguste un plato típico llamado hallacas, deliciosas, pero no tan deliciosas como se veía ella ese día. 

Ese día no le quitaba la mirada de encima, no podía creer que ella fuese mía, quizás por lo embelesado que estaba no estuve muy comunicativo, pero vaya que sentía cosas en el corazón, aunque por supuesto, le hice saber que estaba hermosa.

Después de eso fuimos a la playa, disfrute con su familia, disfrute viéndola allí conmigo a la orilla de la playa, agarrando nuestras manos, besándonos en esa puesta de sol. Si para ti eso era algo común, lo siento, para mí fueron momentos muy intensos, en dónde sentí mucho más que en semanas juntas, incluso, cuando le veía a los ojos podían pasar días en términos de felicidad acumulada, que podían ser fácilmente días.

Cuando llega el momento de decir adiós

Llegó el día de la despedida, despedida que aún duele, despedida que me costará una vida perdonarme, puesto que al momento de la misma no pude expresarte todo lo que sentía, tenía ganas de llorar tenía miedo de no volverte a ver, ahí estábamos, en la puerta que divide la zona de invitados y la zona de personas con boletos, abrazados, un abrazo, un beso breve y me fui, me fui con los ojos aguados, me iba con el alma rota, me fui de ti, no solo de tu presencia, de tu vida, sino de tus besos, de tus caricias.

En el viaje de regreso lloré por horas, simplemente no quería volver a separarme de ti. Me considere estúpido, habíamos pautado vernos en 10 días para su probable regreso a su otro país, por que quería regresar a trabajar, pero esa decisión tenía serías dudas por mi parte.

El año nuevo con mi familia fue feliz, pero sin duda no podía dejar de preguntarme que tal la estabas pasando, en el fondo me sentía culpable de sentirme triste por no estar contigo ese día también, pero estaba feliz de estarlo con mi familia completa. 

Desee a las 12:05 am del primero de enero que este año la pasáramos juntos, que a pesar de lo que pasará estuviéramos juntos. Que te amaba intensamente, que amaba todo de ti, incluso esa personalidad tan quisquillosa, amaba que me enseñarás cosas debido a eso, incluso que hayas dicho que los hombres no sirven (¿¡Hey y que soy yo!?), A pesar de que no me dijiste cuando estabas enojada, a pesar de que hayas ignorado como me sentía.

No respondiste el mensaje, no llegó, y al final es como si no hubiese llegado, no obtuve una respuesta de él aunque habláramos normalmente después. Hice un video de ti, caminando junto al mar justo en el lugar en dónde nos hicimos novios, con una de tus canciones favoritas, recuerdo que era Bajo el Agua, de Manuel Medrano, canción que para mí era un himno en la relación. Canción con la cual me identificaba totalmente, como si yo la hubiese compuesto.

Esa canción expresaba lo mucho que deseaba seguir apreciando las estrellas contigo, salir a caminar, decirle a la tristeza que ya no tenía dominio en mi vida ni en la tuya; ni el miedo.

La acción que más me dolió en todo lo que hicimos fue cuando ignoraste esa muestra de afecto. Inconscientemente mi mente insistía en que las cosas que hacía estaban siendo poca cosa para ti, así que comencé a ser más cariñoso, sin obtener respuesta para mis sentimientos.

Me llene de valor y decidí terminar la relación dejando un derecho a réplica, algo así como un "terminamos si sigues así, me sobra amor propio pero como te amo me estás lastimando con tus acciones".

Recuerdo que también dedicaste una canción, Compartir, de Carla Morrison. Canción con la que confieso, decidí amarte sin límites. Era el gesto más tierno que alguien había tenido conmigo, incluso mucho mejor que los regalos físicos (que de igual manera amé). El problema es que me creí el que querías reír y llorar conmigo, que querías comprender el mundo conmigo. Ahora cada vez que la escucho siento que se clavan en mi miles de agujas, me siento en el infierno, ya no podré escuchar esa canción nunca más, esa canción que un día escuché decenas de veces.

Somos diferentes 

Al final mis temores se hicieron realidad, no te volvería a ver, ahora solo vivías en mis memorias, en mi amor, dos lugares en dónde tu estadía lo está destruyendo todo hasta el día de hoy, en dónde no pagas alquiler aunque quisiera que lo hicieras y aunque te fueras quisiera que regresaras, pero está vez para habitar ese lugar los dos.

¿Por qué no poner este finiquito antes cuando nos estábamos conociendo, cuando hablamos sobre metas y nos hicimos tantas promesas? ¿Que va a pasar con el tiempo que hablamos sobre esto? Para mí es tiempo que estuve muerto, planeando cosas, pensando en proyectos para los dos, pero en realidad es mucho más, es tiempo que quería que fuese como un trampolín, para que cuando estuviéramos juntos comenzaríamos a trabajar para los dos, en los proyectos de ambos al mismo tiempo.

-"Somos diferentes, no puedo estar contigo, tengo nuevos planes."

La verdad no es que seamos diferentes, todos lo somos, todos tienen algo que no le gusta a su pareja, y está lo acepta. En realidad si habríamos podido vivir la emoción de un noviazgo de cómplices y amigos. Pero el no incluirme en esos planes fue tu decisión, ¡Que afortunada será otra mujer que si decida seguirme conociendo!

Al final solo idealicé nuestro amor, al final idealicé que supieses qué es el amor en realidad. El amor en realidad perdona, no olvida, no se termina, no guarda rencor, es bueno, no habla mal de ti, se muestra tal cual es, es sincero, muestra interés y quiere proteger.

Quizás nunca has amado porque nunca te han amado de verdad, el amor no es querer, el enamoramiento no es amor. Me duele tanto que yo sea una de las pocas personas que conozca esto, quizás de haberlo sabido antes me hubiera negado a abrir mi corazón de esa manera. Quizás ahora no estuviera tan dañado.

-"No es para tanto, no te tomes las cosas así"

Lo entiendo, algo de mi no te gustó y me descartaste, sencillo de entender para la mente, más no para un corazón que ama. Alguien que ama hubiera hablado a tiempo, alguien que ama primeramente no me hubiese descartado.

Duele el engaño, el haber idealizado a alguien como la mujer de mi vida, con la que posiblemente me casaría, tendría mi familia. Duele el imaginarme los viajes que íbamos a hacer, esos días cotidianos que juntos los haríamos increíbles, esas salidas de fin de semana a cualquier lugar menos a la casa. Duele haberte presentado a mi familia y con ello haber creído que todo era más seguro, y duele lo poco que duró la felicidad.

Te reto

Ahora te reto a encontrar un hombre que pueda memorizar cada detalle de tu rostro, cada expresión, cada mirada y pueda saber lo que significa, a aquel que haya contado tus lunares y sepa que están organizados en patrones geométricos, a aquel que que esté dispuesto a aprender a cocinar lo que te gusta, que memorice tus canciones preferidas y las ensaye para cantarlas por las noches, a aquel que aunque discuta y se equivoqué pueda aceptar que no tiene la razón.

A qué cuando no sepas algo se pueda sentar contigo a explicarte sin hacerte sentir tonta, que quiera progresar y que te sea fiel.

¿El resultado? No lo encontrarás, y perdona que te lo diga así, pero es la verdad. Cómo de igual manera me dijiste que tú eras la indicada para mí y no había nadie más como tú, pues así mismo te lo recuerdo.

La persona ideal más no perfecta para ti llega una sola vez en la vida, más puede que en otra vida puedan coincidir dos personas que no se siguieron dando un oportunidad en esta. 

La persona perfecta es la que aún tú no siendo totalmente perfecto, te hace ideal.

A veces paso por ciertos lugares en dónde vivimos tan buenos momentos y siento tu sombra allí, pero comprendo que fue solo una ilusión, al igual que tú sombra. 

Ella también tenía detalles que no me agradaban, no estoy ciego, no soy idiota, pero el amor era más fuerte que cualquiera de tus detalles. El amor todo lo vence si se habla de defectos físicos o de personalidad, porque se suponía que ya los había aceptado.

Pero sin dudas las personas que no saben de esto sino que se van a lo superficial nunca podrán hallarlo. Yo estaba dispuesto a aceptarla con tus defectos, al igual que la indicada cuando llegue, principalmente, porque sé que la perfección se construye.

No todo tiene un final

Muchos dicen que todo tiene un final, para mí no, no todo tiene un final y no aceptaré lo contrario. Primeramente, para el amor no hay fin, el amor puede desgastarse mucho, pero si no ha ocurrido maltrato psicológico, fisico o una infidelidad es imposible que desaparezca. La vida en realidad tampoco tiene un final, quizás si la terrenal, pero pasamos a un plano superior, a la vida eterna después de abandonar este mundo. En cualquier caso, el amor de Dios es el que nos regala esa dicha de salir de este cascarón y alcanzar la vida eterna. El amor no tiene fin.

Todo termina donde comenzó

Ahora todo termina como comenzó, tu allá y yo aquí. Siento que nunca te conocí, pero al mismo tiempo quiero estar seguro que si, que no fuiste fruto de mi imaginación. Que en caso de que así haya sido, espero encontrar esa versión de ti en mi mundo algún día, para poder amar sin medida, para que pueda conocer a fondo en persona, en lo íntimo, y no hablo sobre relaciones físicas, sino de hablar cosas que me desnuden de nuevo, pero está vez sin temor a resultar dañado. 

¿Podrá llevarse a cabo tal sueño para nuestro protagonista? Eso solo el tiempo lo dirá.

Es triste que de ti propiamente solo me quedé algo tan irrisorio como un cabello, cuando quería tenerte completa. Es triste que las cosas se tengan que terminar, pero gracias por las memorias felices, las cuales todavía duelen y van a doler por mucho tiempo, algo natural, ese sentimiento seguirá allí hasta que decida matar a esa personita que me convence que eres lo máximo, que es el amor.

El amor a distancia te hace creer que conoces a las personas, pero en realidad nunca terminas de conocerlas. Cómo a mi puede que a ti tampoco hayan terminado de conocerte, ni en persona o no hayan querido seguir en una relación de estás características, de ser así ánimo, al final el destino les informará de lo que se perdieron.

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