"El Sendero Olvidado: Un Evangelio Retirado"

En un tiempo olvidado, en los recovecos del universo, había un evangelio que Dios mismo había retirado de la vista de los hombres. Este evangelio, antiguo y poderoso, contenía verdades que podrían transformar el tejido mismo de la realidad.

Se dice que este evangelio fue escrito en estrellas, en la luz de las primeras auroras y en el susurro del viento que danzaba en los campos primordiales. Era un relato de la creación, un relato de amor, pérdida y redención. Contenía secretos que ningún hombre mortal podría comprender por completo.

Los ángeles, con sus alas desplegadas y sus voces de trueno, custodiaban este evangelio en los confines del cielo. Temían que caer en manos equivocadas, podría traer la perdición y el caos a todo lo que Dios había creado.

Sin embargo, un día, un mortal audaz, cuyo nombre se perdió en las brumas del tiempo, descubrió la existencia de este evangelio. Movido por la ambición y la curiosidad, se propuso encontrarlo y desentrañar sus misterios.

Atravesó desiertos ardientes y escaló montañas cubiertas de nieve. Desafió bestias feroces y superó obstáculos que hubieran quebrantado a los más valientes. Hasta que finalmente, en el corazón de un bosque antiguo, encontró el evangelio retirado de Dios.

Al abrir sus páginas, el mortal fue abrumado por la magnificencia de lo que había descubierto. En sus palabras, encontró la sabiduría de los siglos y la promesa de un destino más allá de la comprensión humana.

Pero el poder de este evangelio era tal que no podía ser contenido por la mente mortal. Pronto, el hombre se vio consumido por la locura y la desesperación. Las verdades que había buscado lo desgarraron desde adentro, y se convirtió en poco más que una sombra de lo que una vez fue.

Entonces, con lágrimas en los ojos, los ángeles descendieron del cielo y tomaron el evangelio de las manos del hombre destrozado. Lo devolvieron a su lugar de origen, donde permanecería oculto por la eternidad, una advertencia silenciosa de los peligros que acechan a aquellos que buscan conocer los secretos divinos.

• Y así, el evangelio retirado de Dios descansó una vez más en la oscuridad, esperando el día en que el mundo estuviera listo para recibir su verdad.