Si sientes que ya no puedes… ¡mírate al espejo!
¡Este es un acto muy simple, pero muy valioso! A mí me ha ayudado más de una vez. Hay veces que la vida quiere que aprendamos algo, e insiste tantas veces en darnos la lección, que pareciera que solo quiere torturarnos. ¡Pero simplemente es la forma más sabia de internalizar un aprendizaje!
Las primeras veces que asumimos un reto o que nos vemos enfrentados a vivir una situación, tenemos miedo de nosotros mismos. Nos falta la confianza en nosotros. La autoestima. Porque no nos conocemos realmente, no sabemos de lo que somos capaces de hacer y por eso necesitamos hacer el “ ejercicio del espejo ”: mírate en él…así llorando, enojado, frustrada, mírate a los ojos…y repítete en voz alta: “ ¡Relájate amiga, tú puedes! ¡Yo puedo! ¡Soy fuerte, valiente, inteligente, un ser valioso!” y dite cosas bellas, suaves, honestas. Saca a relucir todos tus dones, tus buenas aptitudes y descubrirás que eres tu mejor aliado (también, tu peor adversario…pero la práctica de amarte te hará maestro en el arte del autoestima!)
Luego, vamos dándonos cuenta, que una vez roto los viejos e inservibles paradigmas (del “no puedo”, del “fracasare”, del ¿“que dirán”?) podremos avanzar hacia la realización de nuestro objetivo.
Justo después de esta etapa, viene lo más ridículo aun. Y es que tenemos enseñanzas tan arraigadas (desde generaciones), donde nos dicen que al primer fracaso ya lo dejemos así. Que nos protejamos de las derrotas. Y ¡nooo, claro que eso no es así! Al contrario; cada fracaso, es un exito. Porque nos indica que estamos intentándolo. Hay que seguir adelante, claro… darte el tiempo de experimentar: la ansiedad, la nostalgia, la sensación amarga del “fallé”, porque son precisamente esos sentimientos, los que nos hacen brillar. Los que nos abren las puertas al apasionamiento, al orgullo propio. A la sabiduría.
Gracias a esos sentimientos: hacemos un “alto”, respiramos, analizamos ¿qué fue lo que hicimos? ¿A dónde queremos llegar? ¡Qué función y qué no! Y renovamos las fuerzas.
Hoy; por ejemplo, yo siento que fallé en defender mi vida… que merezco estar en otro lugar, lejos de las consecuencias de las responsabilidades que no me correspondían, pero que asumí aun siendo una niña (literalmente) y ahora debo arriar mi carga. ¡Con entereza, con alegría, con esmero! Porque si lo vas a hacer, hazlo en grande. ¡Vive libre o muere pronto!
¡Y me parece que VIVIRE INTENSAMENTE!
QUIZÁ ESTA PÁGINA NO ES PARA MÍ…. CREO QUE LO QUE BUSCO ES UN BLOG (¿SE DICE ASÍ? ¿SE ESCRIBE ASÍ?...DAME TU SUGERENCIA. ¿A DONDE DEBO DE IR EN EL CYBER-ESPACIO? TODO ESTO ES NUEVO PARA MÍ. ¡¡PERO ME ENCANTA !!)