El diablo y el mago
Cuenta la leyenda, que hace muchos años, un mago joven, de unos 10 años, con habilidades especiales, consiguió en un camino, a un niño también de su edad, que se presentó como forastero, pero en realidad era una curiosa versión del diablo, que al escuchar de tanta brillantez del joven hechicero, quiso comprobarlo por su cuenta y dar fe de las palabras que la gente en el pueblo decía.
A diferencia de otros pueblos, el joven mago no tenía necesidad de esconder sus poderes, todo lo contrario, los mostraba orgullosos para siempre ayudar a los habitantes de su localidad. Era muy querido y colaborador, ayudó a la gente del pueblo en cada problema que podía resolver, desde curar enfermedades, hasta levantar cimientos para hacer a su ciudad más próspera.
Teniendo todo eso en cuenta, el diablo decidió idear un plan para comprobar con sus propios ojos, el poder del chico, por lo que cuando tuvo el encuentro, decidió hacerlo en el puente que estaba a las afuera del pueblo.
El mago iba a buscar algunas hierbas en compañía de su abuelo, y justo cuando llegaban al lugar, estaba el diablo colgando del puente rogando por ayuda, de otra forma caería de él, y se ahogaría por la fuerte corriente. Al menos eso creyó el mago, y justo cuando llegaron al lugar el diablo se soltó del puente para comprobar lo que todos daban por hecho, y en efecto, todo era cierto.
Justo cuando caía, el joven mago utilizó su poder para elevarlo y así salvarlo de una muerte inminente. Ante este acto heroico, el diablo se sorprendió pero pudo comprobar que todo era cierto, así que de su mente ideó otro plan.
Al volver a un lugar seguro, el diablo se presentó como un forastero que huía de su antiguo pueblo, ya que unos invasores intentaron atacar a su pueblo, y sus padres murieron en un intento por defenderlo. Una historia que el joven hechicero dio por hecho, y decidió ofrecerle un lugar en su humilde morada, después de todo, no tendría problema alguno.
Así pues, luego de continuar con sus obligaciones, volvieron al pueblo no sólo con hierbas, sino con un nuevo amigo,, lo que no tenían en cuenta era, que aquel joven, escondía algo que sería un gran problema para una comunidad pacifica. Después de todo, tener al diablo de inquilino no puede ser bueno.
Era tanto su afán por comprobar el poderío del mago, que el diablo decidió quedarse con ellos, solo para por las noches volver a su posada en el averno, muchas veces dejando a algún clon de su ser que pudiera comprobar que no se había ido, era un sujeto astuto, y naturalmente, sus intenciones no eran nada buenas.
En efecto, todo lo que del mago se decía era real. La manera en que ayudaba, las enfermedades que curaba, y todo un sin fin de proezas que hacían el pequeño pueblo escondido dentro del bosque, próspero y autosuficiente. Una situación que sorprendía y fastidiaba al diablo, ya que alguien con tanto poder no tenía ninguna ambición de hacerse más grande. Era extraño y repulsivo para el señor de las tinieblas.
Pero eran cosas de la edad, naturalmente no podía esperar más de un chico tan joven, después de todo realmente no había visto el mundo lo suficiente para saber de todas las tentaciones que existen en él. Así sin más, pensó en su plan definitivo, un plan que tomaría años, pero de esa forma, comprobaría que si existe algo de maldad entre los seres humanos.
Y finalmente, inició el viaje de un hecho sin precedentes, que prometía ser terrible, pero que al final del día, (o de los años) aclararía las retorcidas ideas de Lucifer, y el comportamiento humano.
Foto de portada por Kaique Rocha en Pexels
