Republicanos y demócratas… desde la antigua Grecia

Me preocupa bastante que cada vez más gente, sobre todo gente joven, se autodeclare poco demócrata. Claramente la democracia no es un sistema perfecto de gobierno, pero en mi opinión es el más adecuado para alcanzar aquello que declara la Carta de Derechos Humanos.

Claro, luego están los sistemas de democracia, por ejemplo, la democracia directa o la democracia representativa, entre otras. Eso es harina de otro costal y cada cual puede preferir una manera distinta de articular la democracia.

Supongo, espero y deseo que quienes se declaran ‘no demócratas’, sean al menos republicanos (en el sentido de sistema de gobierno, no de ideología como pasa en USA). No quiero pensar que son más propensos a otras formas más, digamos, ‘impositivas’ porque entonces o están muy confundidos… o estamos perdidos y el futuro es aterrador.

Pero ¿de dónde viene eso de república y democracia?

Pues como siempre, de la filosofía de la antigua Hélade (actual Grecia). Y justamente de un maestro y su discípulo.

El maestro, Platón. Y el discípulo, Aristóteles.

En los Diálogos de Platón (también conocidos como ‘República de Platón’, concretamente el diálogo IV) nos cuenta cómo en su opinión debe organizarse la sociedad.

Les recuerdo mi anterior artículo donde explicaba por qué los helenos comenzaron a escoger a tiranos en el gobierno, en lugar de dejar que los reyes y eupátridas gobernasen que pueden leer aquí.

Sin reyes, ni linajes divinos para gobernar, se necesitaba una nueva manera de escoger gobernantes. Para Platón esto estaba muy bien. El gobierno debía ser público (res publica) y no recaer en un linaje. Pero que el gobierno fuese público no quiere decir que todo el mundo tuviese que gobernar. Ni siquiera que tuviese voz y voto. Los gobernantes saldrían de la gente del pueblo, sí, pero solo podían proponerse quienes tuviesen cierto grado de formación. Es más, solo podrían gobernar aquellos formados desde la infancia en las artes del gobierno, del pensamiento y de la ciencia. O sea, los filósofos y eruditos que se formaban en su escuela (Academia).

Platón partía de una base: no todo el mundo podía participar en las elecciones y en las decisiones porque no todo el mundo tenía el suficiente criterio. Le molestaba profundamente que tras años de estudio y de pensamiento, cualquier ignorante le contradijese diciendo algo como:

—Bueno, esa será tu opinión. Yo tengo la mía.

La democracia suponía eso. Que una idea sensata valía lo mismo que una estupidez. Así que no. No todas las opiniones valían, sobre todo, si no se tenía ni el más mínimo conocimiento de aquello sobre los que se estaba hablando.

En gran medida, nos sucede hoy con una juventud dispuesta a creer cualquier sandez de algún referente en youtube que habla de cosas que no comprende o con un afán de lucro, a costa de su audiencia. Curiosamente, decía platón que:

'¿Hemos de permitir que los niños escuchen con tanta facilidad mitos cualesquiera forjados por cualesquiera autores, y que en sus almas reciban opiniones en su mayor parte opuestas a aquellas que pensamos deberían tener al llegar a adultos?  De ningún modo lo permitiremos.'

Y cuando digo juventud, es porque son el futuro. Pero también los adultos caemos en las mismas trampas del marketing político o los medios de comunicación. Y no hay ningún Platón que impida que nos confundan con absurdeces, mentiras y argumentos manipulados e interesados.

Tras la muerte de Platón, Aristóteles fundo su propia escuela distinta a la Academia, el Liceo, y se dedicó a cuestionar y a reinterpretar las enseñanzas de su maestro. Aristóteles era alguien mucho más pragmático, menos idealista, y más inclinado hacia el ‘gobierno del pueblo’ o democracia (demos cracia).

Aristóteles sí que defendía que todos los ciudadanos helenos libres deberían poder postularse al gobierno o, al menos, elegir a sus gobernantes. Al fin y al cabo, todos ellos eran representativos de la realidad de la ciudad, con sus ideas distintas y sus pensamientos más o menos desarrollados.

Pero entonces, ¿cómo evitar que cien estupideces tuviesen más peso que una idea sensata? Con la formación de ciudadanos libres. Para poder participar en asuntos del gobierno, toda la población debía ser instruida en la ciencia y el pensamiento. Se debía hacer un esfuerzo para educar a todos tanto en las artes de gobernar (cuando les tocase hacerlo), como en las de ser gobernado (cuando no les tocase).

Todos debían recibir una educación para que desarrollasen su propio criterio. Solo de este modo, se garantizaba que quien quiera que llegase a gobernar, lo haría con sensatez y buscando el beneficio de la polis.

Pero cuidado con confundir aquella democracia primitiva con las actuales democracias más consolidadas. En Atenas hallamos el origen de la república y de la democracia, pero eso no quiere decir que toda la ciudadanía pudiese participar en los asuntos del gobierno realmente.

Solo los ciudadanos helenos libres podían hacerlo.

A menudo se confunde el término ‘libre’ traducido del griego. Se interpreta que los ciudadanos libres podían participar, mientras que los esclavos y los sirvientes no podían hacerlo. Pues no es exactamente así. Cuando Aristóteles se refería a ‘libre’ se refería realmente a quien llevaba una vida ‘liberada o liberal’.

Y esa era una cuestión que iba mucho más allá de ser libre o de ser esclavo y que afectaba a muchísimas otras condiciones.

Si se portan bien, tal vez se lo cuente. XD

@Loucy

Fuentes:

Platón (1988). Diálogos IV: República. Madrid: Editorial Gredos S.A.

Aristóteles. (1988). Política. Madrid: Editorial Gredos.

Jaeger, W. (1957). Paideia: los ideales de la cultura griega. México: Fondo de Cultura Económica.