Ansiedad: la peor enemiga.

Una de las más nombradas, poco deseada por muchos, la temible ansiedad, ese sentimiento oscuro, en donde constantemente se tienen pensamientos recurrentes de miedo a la incertidumbre y vives con temor a lo que te pueda pasar. Es como la prima hermana de la depresión, también otra enfermedad indeseable para cualquiera.

Dicen que la ansiedad es exceso de futuro, y la depresión es mirar al pasado, con preocupación, más allá de la nostalgia. No es sencillo lidiar con ninguna de ellas, la mayoría de las personas no recuerdan desde que día empezaron a tener a esta desagradable compañera.

Con el pasar de los días no entienden que les pasa, porque están tan preocupados por todo, porque tienen un sentimiento de angustia constante. Ante el más mínimo percance aumenta la preocupación. Hasta que un día se hacen conscientes que algo les pasa.

No es nada fácil lidiar con una mente ansiosa, las personas intentan llevar una vida normal, pero no dejan de tener estos pensamientos catastróficos sobre el futuro. Resulta agotador estar todo el tiempo luchando con la mente.

Muchas personas alrededor no entienden la mente del ansioso, intentan ayudar o decirles cosas, que no funcionan, porque simplemente el ansioso, ni siquiera sabe que día o cuál fue el evento detonador para sentir que todo anda mal.

La familia y los seres queridos que comparten con un ansioso, de verdad quieren apoyar, igual que con un depresivo o alcohólico, intentan buscar formas de que mejore la situación, pero muchas veces es peor. Decir frases como "no pienses en eso, piensa en positivo", y cosas de ese tipo, no contribuyen a que esos pensamientos intrusivos se desaparezcan.

La mejor manera de acompañar a una persona ansiosa, es con mucho amor y paciencia, siempre preguntarle que siente que podría ayudarle, no ser invasivos, no juzgarlos y ser muy empaticos. Si ellos no saben cómo salir de ese foso, se puede ser el puente hacia algún tipo de ayuda profesional.

Lo más importante es entender tanto el ansioso, como quienes le rodean, que hay que buscar ayuda profesional, y que esto no significa que esté loco o mal de la cabeza, hay que hacerles saber que pueden salir adelante con herramientas, para sobrellevar esa carga que tienen, que muchas veces sentirse incomprendido o excesivamente preocupado es algo normal, en un mundo caótico, pero que no están solos, que hay muchas formas de trabajar en ello, y que con paciencia y mucha constancia en sus hábitos, pueden mejorar su calidad de vida.

¿Ustedes que opinan? ¿Han sufrido de ansiedad o conocen a algún familiar o amigo? ¿Qué harían para ayudarles?