El Kunk

Entonces mis padres tuvieron la increíble idea de dejarme al cuidado de mis abuelos maternos, personas de más de 60 años. Por si fuera poco, nunca los había visto en mi vida, ya que mis padres se fueron del país cuando yo acababa de nacer y nunca más volvimos hasta ahora.

Siempre pensé que el peor castigo que se le puede hacer a una adolescente es dejarla al cuidado de un anciano. Nunca se me pasó por la cabeza que esa noche iba a ser mucho más interesante de lo que suponía. 

Lo primero que me llamó la atención al entrar en la casa fueron las fotografías que colgaban de las paredes, que parecían sacadas de algún viaje de expedición. Cuando pregunté el motivo de tales imágenes, me dijeron que en su juventud habían viajado a diferentes rincones del mundo en busca de aventuras difíciles de entender para la mayoría de la gente.

Esas palabras resonaron con fuerza en mi cabeza y despertaron mi innata curiosidad adolescente por saber a qué se referían, inmediatamente pregunté, ¿qué tipo de aventuras habían vivido?.

Ambos sonrieron para luego decirme que era mejor que fuera a dejar mi equipaje en la habitación y me lavara las manos, ya que la cena estaría lista pronto.

De mala gana me dirigí a la habitación, la cual estaba al final del pasillo, una vez allí puse la maleta en una pequeña cama que tenía un aroma muy particular. Me recordó a mi madre, ella siempre usaba una fragancia similar, tal vez esa era la razón de tanto fanatismo por el jazmín, ya que esa habitación le pertenecía a ella cuando vivía allí. 

Una vez ordenadas mis pertenencias, abrí las cortinas del gran ventanal que daba a un frondoso jardín iluminado por la luz de la luna, pero también por un farol que se asemejaba a los de los parques que se iluminan por la noche. Quise salir para verlo más de cerca, pero justo cuando lo hacía, mi abuela me llamó para ir a cenar.

Al sentarme a la mesa mi asombro fue enorme al ver todos mis platos favoritos allí frente a mí, no podía creer que la abuela se tomara la molestia de preguntarle a mi madre sobre mis gustos culinarios. Ella pareció entender mi alegría, pues me miró con un gesto maternal muy tierno.

En ese mismo instante recordé lo que me habían contado antes, e inmediatamente les pregunté por sus aventuras.

Ambos me consultaron si mi madre me había hablado alguna vez sobre su nacimiento. Les respondí que ella me había contado que ocurrió en Cerro de Pasco Perú, que según mis investigaciones es una de las ciudades más altas del mundo.

Luego inmediatamente fue mi abuelo quien continuó la historia.

Era 1980 cuando estábamos visitando a un familiar en Cerro de Pasco, pero en realidad queríamos casarnos allá, obviamente a mis suegros no les gustó que hiciéramos el viaje justo cuando tu abuela estaba en el último mes de embarazo. También mencionar que nuestra relación desde el principio fue transgresora para aquellos años, además por supuesto no contábamos con que tu madre tuviera otros planes y decidiera salir antes del vientre de la abuela.

Todavía era de día cuando empezó a nevar con fuerza en la ciudad, yo estaba en la sala del hospital esperando el nacimiento de mi bebé. Cuando de repente unas enfermeras empezaron a correr hacia la sala de partos, me preocupé bastante y fui tras ellas.

Cuando las enfermeras entraron, cuatro mujeres en sus camas lloraban asustadas mientras decían que una enorme criatura estaba posada en la ventana.

Mientras tu abuela era la única de pie en medio de la habitación con las manos sobre su abultado vientre, nos decía emocionada que era el Kunk. Más conocido en el mundo como el abominable hombre de las nieves.

Ella agregó que se quedó mirándolo a los ojos, asombrados el uno del otro, pero desgraciadamente piensa que el llanto de las otras mujeres lo asustó. Por eso salió corriendo, luego el personal de seguridad fue a mirar afuera, aunque no encontraron nada. 

Lo extraño fue que la ventana estaba a 3 metros del suelo, era obvio que ese ser era mucho más grande que cualquier ser humano.

Debo admitir que me quedé asombrada con las historias de los abuelos, no podía entender que mis padres me hubieran privado de personas tan increíbles.

Esto me ha servido de lección para no juzgar a nadie por su edad, cada uno de nosotros tiene interesantes historias de vida que contar, supongo que al final eso es la sabiduría.

Historia de ficción creada por mí, aunque por ahí se dice que esta criatura es completamente real, ¿si o no?, pues no soy yo quien tiene la respuesta...