Presagio

-¡En 7 días, usted estará muerto!

Mis manos se congelaron y se hicieron más pesadas que lo de costumbre. Es así de simple. No sé como más describirlo. El mundo se te hace pequeño, si creo que esa es la explicación más lógica al resto de los días que me sucedieron después de que se me apareciera el mismísimo Hades en aquella pesadilla.

Día 1

No podía salir de la casa. No lo hice por nada en el mundo. Mi esposa quería que fuera al mercado, que equivocada estaba. No sabía lo bien que me sentía en la casa y no pensaba salir a nada. Además, no sabía si la frase quería decir, que el día 7 estaría muerto, o si antes de este, ya que, de ser así, entonces en cualquier momento puf, adiós.

Lejos de los cuchillos y demás, todo bien seguro. No quería ni chocar con el gato, temiendo caerme y partirme la cabeza o cualquiera otra cosa. Así que lo saqué de la casa a patadas prácticamente.

Día 2

Ya había pasado un día. Y estaba un poco desesperado. Comencé a ver cosas por todas partes, a las afueras de la casa. Cerrar todas las ventanas fue la mejor opción. Las discusiones con mi mujer se agravaron, pero no le podía contar nada, imagínense, me diría que estoy loco, además de dejarme y no virar más. Aunque creo que a este paso lo iba a hacer tarde o temprano. A la hora de bañarme, la obsesión era tanta que no podía ni poner el calentador para el agua. A mi mujer aquello la encendió por completo, así que esa noche ni pude dormir en la cama. Dormí en la sala y cuando vi lo cerca que estaba de la puerta principal, fue cuando me entró la psicosis. Así que reforcé la puerta más de lo usual, otra de las discusiones con mi mujer.

Día 3

No sabía cómo fue que el gato se coló en la casa nuevamente. Cuando lo iba a coger, comenzó a correr por todo el lugar y yo tras de él, así que resbalé y volé por los aires. Mientras estaba por allá arriba, fue cuando me di cuenta de que era en ese día, de que al caer ya no estaría vivo. Pero no. Me dolió mucho el golpe en la cadera, pero aún estaba con vida. El gato al ver tal espectáculo por su culpa se esfumó por completo. Ya mi mujer no aguantaba más la idea de no salir de la casa y pasar el día encerrados como presos. Los gritos eran totalmente clásicos por toda la casa, era la música preferida en esos días. Incluso llegué a pensar que moriría de un cazuelazo de ella en mi cabeza. La imaginaba tirándome la olla de presión y partiéndome el cráneo en un segundo. Desde ese día me precaví de ella, ahora era yo quien no quería dormir en la cama.

 Día 4

Comencé a odiarla poco a poco. La veía en todas las formas de asesina. Me puse a analizar que, si estaba en la casa sin salir, ¿Cómo era posible que muriera si no era por ella?, un infarto no podría ser, estaba muy saludable para que pasara eso. Mi mente ya no soportaba la idea. La mejor opción era estar en la casa, ya que si salía entonces un carro o un tiroteo me agarraba. Estando en la casa, solamente me tenía que preocupar por mi mujer. Así que comencé a vigilarla en todo momento. Cada vez que cogía el cuchillo en la mano para hacer algo, me ponía en guardia.

Día 5

No tenía alternativa, estaba seguro de que la mejor opción era esa. Después de una noche en vela prácticamente, velando por mi vida, válgame la redundancia, decidí que esa era la única forma de salir de esto. Entonces creí que estaba loco. Que había perdido la mente por completo. Pero no, no lo estaba, era todo por una causa justa, era ella o yo. Así que ese día observé a mi mujer lo más detalladamente que pude. Cada movimiento. Ya la pobre estaba cansada de mí y casi ni hablaba conmigo. Mi aspecto era deteriorante y no me dirigía mucho la palabra. En ocasiones la escuché hablando sola en la cocina. Y fue entonces cuando me di cuenta de que solo me quedaban 2 días, para que se cumpliera mí tiempo. Tenía que apurarme.

 Día 6

La miraba mientras estaba en el baño, era la última vez que vería su cuerpo desnudo en vida. Me acerqué lo más que pude a ella sin ser visto. Ella estaba en la bañera con el agua por el cuello y los ojos cerrados. Me había dicho que esa noche ella me iba a perdonar todo cuando la había hecho pasar en la semana y que estaría disponible para mí, para salvar la relación. Por supuesto que no creí su juada de acercarse a mí para poder enterrarme un cuchillo en mi espalda mientras estabamos entre las sabanas. Me percaté de una sonrisa en sus labios, sonrisa burlona y asesina. Cogí en mis manos el secador y lo conecte a la corriente y lo deje caer sobre la bañera. Allí quedó electrocutada y su sonrisa se perdió por completo. Así que me sentí libre y vivo. Había matado a mi asesino.

Día 7

Y aquí estoy ahora, en la corte explicándolo todo. Quiero decirles señores, que me arrepiento por lo que hice, que no era mi intención. Como bien dije, era ella o yo. Desde pequeño siempre he tenido sueños que me relevan cosas, así que los creía a la perfección. Espero que sepan llegar a un veredicto lo más justo que puedan. Esto es todo lo que tengo que decir.

Comunicado Oficial:

A las 3:15 pm de este día, Luis Jerónimo Garría fue ejecutado tras haber cometido asesinato en primer grado. Justo 7 días después de un extraño sueño según el sentenciado. Que dios se apiade de su alma.

Créditos

Imagen de portada: Imagen de Sebastian Ganso en Pixabay 

Contenido: Contenido 100% original, comprobado con el programa de plagio: Dupli Checker