En diciembre del 2019 el mundo conoció la noticia que, en China, en la ciudad de Wuhan, se encontró un nuevo virus, muy contagioso y que se desconocía hasta el momento. Supuestamente la situación estaba controlada, y muchos consideramos que se trataba de otra noticia mas como tantas otras que salen a diario. Al cabo de los días se fue complejizando, el virus comenzó a esparcirse y la noticia cobraba más fuerza. Otros países comenzaron a diagnosticar casos de lo que entonces se conocía como coronavirus y después la OMS lo nombro covid-19, declarándolo “pandemia” cuando era ya insostenible.
El mundo se paralizo, las cuarentenas eran la solución, el distanciamiento, ponerse un nasobuco y lavarse las manos con frecuencia. Sin vacunas ante aquel virus que era capaz de hacerte perder el olfato, el gusto, darte fiebre constante, toser con frecuencia, dolor articular y llevarte a una neumonía u otra complicación en cuestión de días hasta en el peor de los casos fallecer. No quedaba de otra, aislarse y los que puedan trabajar a distancia desde su hogar. Millones perdieron su empleo y el hambre y la escasez de alimentos comenzó a manifestarse, era algo evidente que sucedería. Imágenes de hospitales colapsados, personas con sus familiares fallecidos en sus casas esperando ser sepultados, porque el servicio estaba congestionado por en muchas partes mal trabajo del gobierno, eran sin dudas las imágenes más fuertes de ver.
Poco a poco las noticias de vacunas fueron cobrando fuerza, por fin llegaba la luz al final del túnel. ¿Sabes qué tiempo lleva vacunar a todo el planeta? No es nada fácil. Además, las vacunas no previenen la infección del virus, solo que, de contagiarte, no llegues a desarrollar la enfermedad de forma grave o incluso fallecer, o al menos, en un % muy bajo sucedería. A día de hoy estoy inmunizado, y sigo manteniendo las medidas antes mencionadas.
No podemos seguir dándole pie a la pandemia, el personal de la salud, todos los que apoyan en cada rincón del planeta de una forma u otra, están cansados, trabajando en zona roja, arriesgando la vida por ti, para que tu estés siendo irresponsable con tu vida día tras día, así que debemos cuidarnos y ser agradecidos. Si el virus nos llega, porque a fin de cuentas es extremadamente contagioso, con sus nuevas variantes, pues que sea de sorpresa, no regalarnos a él, saber que hicimos todo lo posible por evitarlo.
He visto muchos irresponsables a lo largo de esta pandemia, personas sin conciencia de ningún tipo, madres que mandan a sus hijos de 4 años a la calle a jugar, ¿qué sabe un niño de nasobuco o pandemia? Resultado de esto, es el niño jugando con el nasobuco quitado y pegado a los otros. Jóvenes haciendo fiestas, sin el más sentido común y como si nada ocurriera. He visto familias enteras coger el virus, y fallecer los más vulnerables por causa de una irresponsabilidad.
Tenemos que mantenernos a salvo, por un tiempo más, esperemos que todos puedan obtener sus dosis de una vacuna en el hombro y poder volver a la normalidad en poco tiempo. ¡Cuídate, cuídanos! Quédate en casa.
Créditos
Imagen de portada: Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
Imagenes en articulo: Referenciadas en cada imagen.
Contenido: Contenido 100% original, comprobado con el programa de plagio: Dupli Checker
Yo me vacune el sábado pasado y el mes que viene me toca mi segunda dosis para estar preparado en caso de contagiarme.
Algo que dices que es alucinante, es el tiempo en el que se logra realizar una vacuna. Por lo general tarda muchísimo más tiempo del que tomo está y con eso se pudo ver la eficiencia e interés detrás del sector de salud por querer salvar a la población.
Estoy seguro que si seguimos las reglas un poco más, para mediados del año que viene o un poco antes, tendremos una nueva normalidad.